Los retos que nos presenta la evangelización hoy requieren de nosotros fidelidad al Evangelio y al carisma recibido y sensibilidad para escrutar los “signos de los tiempos”, por lo que en la acción pastoral tendremos presentes los siguientes criterios evangélicos y vicencianos:

 

  1. Gratuidad, la iniciativa de Dios en la salvación, nos impele a cultivar el encuentro con Dios personal y comunitariamente, la interiorización y la reflexión pastoral. “No me gustaría ir a Dios, si Dios no viniese a mí primero” (SVP. XI,136).
  2. Primacía de la Caridad: El anuncio de la fe y la celebración del misterio cristiano se verifican en el amor. A través de este criterio expresamos nuestra identidad y fidelidad al carisma. Sólo el amor es digno de fe. “El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor” (I Jn 4, 8). “Si el amor es fuego, el celo es su llama” (SVP. XII, 307)
  3. Comunión, corresponsabilidad y subsidiariedad: Partimos de la radical igualdad bautismal de laicos, presbíteros y religiosos, con la pluralidad de ministerios y carismas. Nos sentimos miembros corresponsables y en misión compartida para el mundo. “Hace ya alrededor de ochocientos años que las mujeres no tienen ninguna ocupación pública en la iglesia; antes existían las que tenían el nombre de diaconisas…” (SVP. X, 953).
  4. Pastoral de Conjunto: Analizada la situación de la parroquia, establecemos unos objetivos coherentes en relación con el Reino de Dios. Queremos llevarlo a cabo como pueblo fraterno, misionero, profético, sacerdotal y real; a través de procesos diversificados, articulados y convergentes hacia la comunidad.
  5. Transversalidad de los objetivos: El cumplimiento de los objetivos no es solo tarea o responsabilidad del grupo más directamente relacionado con ellos, sino de todos y cada uno de los miembros de la parroquia.
  6. Acogida, escucha y diálogo con las personas y acontecimientos. Estar atentos y abiertos a lo que sucede a nuestro alrededor para poder presentar a los hombres y mujeres de nuestro barrio el Evangelio.