El Madrid de los años sesenta experimenta una gran expansión en sus zonas periféricas, debido al éxodo ocurrido en los pueblos de las provincias hacia esta capital del reino en busca de trabajo. Esa avalancha humana trabajadora abrió el camino para la creación de las llamadas ciudades dormitorio, es decir, grandes barriadas residenciales pobladas en su mayoría por gentes trabajadoras. El entonces pueblecito de Hortaleza se ve muy pronto rodeado de grandes edificios residenciales que transforman su paisaje y paisanaje. Adosadas al pueblo surgen grandes barriadas que convierten a Hortaleza en un nuevo distrito madrileño.

 

Nuestro barrio recibe, en un principio, el nombre de “Urbanización Colombia”. Todas sus calles llevan nombre de ciudades y pueblos colombianos. Quien aquí llegue por primera vez, mucho tendrá que esforzarse para aprender su callejero; es probable que nunca llegue a retenerlo en su memoria íntegramente.

 

Actualmente, el barrio lleva el nombre de San Lorenzo. En él, el templo, dependencias parroquiales y residencia de sacerdotes forman una unidad estructural rodeada de altos edificios residenciales. La población del barrio está en torno  a los 15.000 habitantes, según el último censo facilitado por el Ayuntamiento. Actualmente, es probable que este número sea ligeramente superior, debido a los inmigrantes que han ocupado como viviendas los bajos de muchos edificios vecinales.

 

Los orígenes de esta nueva parroquia en el distrito de Hortaleza datan del 16 de enero de 1966, cuando se firmó el contrato entre la Archidiócesis de Madrid-Alcalá y la Congregación de la Misión, Provincia de Madrid. Se le dio el nombre de “Virgen de los Milagros”. No existía templo ni locales de ningún tipo. Se atendía desde la vecina parroquia de San Matías. De 1969 a 1972 se consigue habilitar un piso para actividades parroquiales y un bajo que sirvió de templo parroquial mientras se construía el complejo parroquial actual. El 1 de julio de 1973 es erigida canónicamente como “Parroquia de Cristo Salvador”.

 

Toda parroquia debe ser evangelizadora y misionera. Esta de “Cristo Salvador” lo ha sido desde sus orígenes y trata, en lo posible, de mantenerse en esa línea de acción, animando los grupos de catequesis y formación en la fe a todos los niveles.

 

Nuestro Proyecto Pastoral está dirigido a intensificar el sentido social de nuestra parroquia y a hacer afectiva y efectiva la opción por los pobres. La Parroquia está bien organizada y cuenta con un amplio grupo de Agentes Pastorales y personas implicadas en las distintas dimensiones de la actividad pastoral.

 

Aparte de los órganos de participación y creadores de comunión como son los Consejos Parroquial y de Economía (que se reúnen mensualmente), y la Asamblea Parroquial (dos veces al año), existen equipos de trabajo que coordinan la acción en las áreas principales de acción catequetica (los grupos de Infancia –Iniciación en la fe, Postcomunión, Taller de guitarra, Colonias y Tiempo Libre-, Juventud, Adultos y Vida Ascendente, grupo de Doctrina Social de la Iglesia), la acción Caritativo-social (Equipo de Acogida de Cáritas, Pastoral de la Salud, Integración de Emigrantes, Aula de Pensamiento y Cultura Taller de pintura, proyectos de acción social como: Asesoría Jurídica, Aula de Informática, Recogida y reciclaje de muebles, Ropero, Reparto de Alimentos, Apoyo al Estudio menores, Alfabetización de adultos…), de acción litúrgica (preparación de la Eucaristías dominicales, Coros, Limpieza del Templo, Equipo de Decoración, la oración de los jueves…); también se está trabajando en consolidar un Equipo para la acción misionera y fortalecer la Pastoral Familiar específica (Prebautismales, Prematrimoniales, Padres de Infancia, Hermanamiento con Misiones).

 

La revisión de la acción pastoral nos lleva a valorar como positivo el funcionamiento de la organización de las distintas áreas de trabajo, las variedad de ofertas de formación para los Agentes y el logro de un proyecto catecumenal para jóvenes y adultos. También tenemos retos por delante: dinamizar el Equipo Misionero y sus tareas; la Pastoral Familiar específica; la tarea de anuncio especifico del Evangelio; efectividad en aglutinar las acciones que ya se realizan en la parroquia; y en cuanto a los proyectos comunes, impulsar procesos compartidos con otras ramas de la Familia Vicenciana.

 

Nuestro horizonte de esperanza está puesto en la tarea de robustecer la comunión eclesial y fortalecer tanto la fe de los creyentes como su madurez cristiana. La comunidad parroquial a tomado conciencia de la importancia real de la liturgia en la vida de toda comunidad cristiana, pues es la expresión de lo que se cree y celebra, en orden a vivirlo en el compromiso de la acción diaria. Somos muy conscientes de la necesidad de la formación de agentes pastorales y voluntarios sociales, porque la corresponsabilidad de los laicos es decisiva para engrosar el sentido de pertenencia.

 

Las esperanzas se vuelven retos y se tornan afectivos y efectivos en el Proyecto Pastoral donde se expresa de forma concreta nuestro estilo de ser comunidad samaritana, es decir, personas seguidoras de Jesús, comprometidas con su causa, que observa constantemente la realidad, detectan las necesidades concretas de los hombres y mujeres del Barrio de San Lorenzo y tratan de darle respuesta inmediata y a corta plazo desde el Evangelio y los recursos materiales disponible.